Terapia infantil para ayudar a crecer felices


Si cuando enferman físicamente no dudas en llevarlos al médico, ¿qué te frena a buscar un psicólogo infantil cuando ves que lo están pasando mal?
¿Cuándo es necesario llevar al peque a terapia?
Si no sabes bien cómo actuar, te sientes desbordado/a y estás empezando a dudar de si lo estás haciendo bien, respira: sentirse culpable no ayuda.
Lo mejor es que nos llames y así valoramos bien. Cuanto antes mejor.
Aquí tienes algunas situaciones que pueden darte pistas...
No para, no acepta un no por respuesta y lucha para llevarse el gato al agua: normal, es un/a niño/a, está empezando a saber lo que son los límites y esto lo tiene del revés. Los peques son egocéntricos y no les podemos pedir que se comporten como adultos, porque no lo son.
Pero si desobedece o tiene rabietas de manera muy frecuente y con mucha intensidad y su comportamiento está provocando un clima tenso en casa y en el cole, puede necesitar ayuda.
Crecer es un reto y los/as niños/as tienen recursos de sobra para superarlo, pero a veces no pueden solos/as. Su mundo cambia de pronto, nace un hermano o hay un divorcio o llega una profe nueva.
Si el peque no quiere ir al colegio, tiene miedo, celos, no se quiere separar de ti… Sus emociones lo desbordan y es hora de ayudar.
¿Cómo os ayuda la terapia?
- Os sentiréis todos más cómodos en familia.
- Aprenderéis a establecer normas de manera razonable.
- Los niños aprenden a manejar los sentimientos fuertes de enfado o de ira, por eso se comportarán mejor y también se sentirán mejor.
- Si hay problemas graves, los detectamos a tiempo, para que el niño tenga más calidad de vida y autoestima, y sea un adulto capaz de afrontar la vida de forma más saludable.
- Ayudamos a las pequeñas a desarrollar sus habilidades sociales, para que puedan relacionarse con los demás de manera sana y disfruten en el camino.