Terapia para adultos que buscan una vida más plena

Te ayudamos a entender eso que te preocupa y no te deja levantarte con una sonrisa en la cara. A estar a gusto y vivir sintiendo que sabes lo que quieres y qué hacer para conseguirlo. Conócete, descubre tus recursos y disfruta de ti y de lo que te rodea.

El tiempo no lo cura todo. A veces es necesario contar con ayuda para tener la vida que quieres. A veces no es fácil, y no puedes solo. Buscar soluciones ya es hacer algo. Deja que te acompañemos en el camino.
¿De verdad necesito terapia/ un psicólogo?
Aquí tienes algunas situaciones que pueden darte pistas.
No tienes ilusión ni energía para hacer cosas que antes te resultaban fáciles. Lo que más te apetece es quedarte en la cama, porque salir de ahí es un esfuerzo increíble. No te apetece asearte o arreglarte, ni ir a ningún sitio, y por eso cada vez ves a menos gente. Tienes alterados el sueño y la alimentación. Y encima te sientes culpable por todo esto.
Te preocupas de manera continua por algo en concreto o varias cosas, y de una manera tan exagerada que te sientes también mal físicamente . El estrés es una ansiedad que se mantiene en el tiempo y te hace sentir que no llegas, que estás desbordada y siempre en alerta. Y claro, es agotador.
No te aceptas y no te consideras capaz de superar tus problemas o enfrentarte a algún reto. Dependes mucho de las valoraciones de los demás y tus relaciones con la gente son difíciles. No crees en ti mismo, tienes muchas inseguridades y además te sientes culpable por todo ello. Tu autoestima está por los suelos.
Estás muy triste, no tienes hambre y no duermes bien. Quieres estar sola, llorar. Recuerdas todo el tiempo a esa persona que se fue. No aceptas la pérdida y te sientes desbordado. Todo esto es normal porque el duelo es un proceso natural, pero a veces se necesita ayuda cuando estos síntomas duran mucho y/o se vuelven más graves.
¿Cómo te ayuda la terapia?
- Te acompañamos a abordar esas situaciones que te generan miedo o ansiedad. Juntos descubriéremos que no corres peligro.
- Aprendes a quererte y a cuidarte.
- Recuperas las ganas por hacer cosas y estar con otras personas.
- Entiendes el porqué de tu depresión, reflexionas sobre tus hábitos y descubres que puedes hacer cambios sencillos que traen mucha mejoría.
- Evitas sentirte culpable por sentirte mal, respirando y aceptando lo que te pasa.
- Descubres que eres capaz de hacer muchas más cosas de las que creías.
- Eres capaz de ver alternativas y soluciones que antes no veías.
- Ganas en relaciones de calidad, te sientes independiente e interactúas con menos ansiedad.
- No te comparas con los demás constantemente.
- Puedes expresar tus emociones con libertad, sin hacerte daño a ti o a los demás.
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